¡Hola! ¿Te animas a un viaje lingüístico sin salir de Europa? Hoy nos vamos de paseo entre el español y el italiano, dos lenguas hermanas que se parecen un montón, ¡pero ojo!, que también tienen sus cosillas y te pueden jugar alguna que otra mala pasada. Si eres hispanohablante y te pica la curiosidad por el italiano, prepárate para un cóctel de "¡Ah, mira, qué fácil!" y "¡Pero esto qué es!".
A ver, no nos vamos a engañar. Escuchas a alguien hablar en italiano y muchas veces pillas la idea general. Compartimos muchísimas palabras que vienen del latín, así que un "doctor" en español es un "dottore" en italiano, una "universidad" es una "università", y así podríamos seguir un buen rato. ¡Esto es genial para empezar con buen pie!
Pero no te confíes demasiado. Aquí es donde empiezan las risas (y a veces los sofocos). Hay palabras que se escriben casi igual, pero significan algo completamente distinto. A estos los llamamos los famosos "falsos amigos" o "falsos cognados", y son la kriptonita de cualquier hispanohablante aprendiendo italiano.
Empecemos por algo que todos tenemos (o casi todos): el pelo. En español, "capello" te sonará a algo elegante, quizás un sombrero antiguo, ¿verdad? Pues en italiano, "capelli" ¡son simplemente los cabellos! Así que si le dices a un italiano que te gustan sus "capelli", le estarás diciendo que te gusta su pelo, sin más misterio.
El sombrero en italiano se llama “cappello” con dos p. Las consonantes dobles en italiano…
Y hablando de vestimenta, ¡agárrate! Si en español dices que estás "embarazada", significa que esperas un bebé. ¡Felicidades! Pero si en italiano dices "sono imbarazzata", ¡horror!, estás diciendo que estás avergonzada. Imagínate la situación... ¡para morirse de la vergüenza!
Los animales también nos dan momentazos. En español, un "burro" es un animal de orejas largas y, bueno, a veces también se usa para llamar a alguien poco inteligente. En italiano, "burro" es... ¡mantequilla! Así que si le dices a un italiano "sei un burro", lo más probable es que se quede pensando si le estás llamando untuoso o algo parecido. ¡Menudo lío!
Así que si encuentras “burro” en los ingredientes que estás leyendo en la etiqueta, no tengas miedo, no vas a comer la cabalgadura de Sancho Panza.
No solo las palabras nos tienden trampas. Las preposiciones también tienen su aquel. En español decimos "pensar en algo", pero en italiano se dice "pensare a qualcosa". Y si en español se dice "he soñado contigo", en italiano decimos "ti ho sognato". ¡Cada idioma tiene sus manías!
Estos son solo algunos ejemplos, las preposiciones en italiano pueden ser un lío tremendo, espcialmente las de lugar: “vivo a Roma” pero “vado in Argentina” y muchas más pesadillas ;)
Entre los peor falso amigos, a menudo encontramos los verbos. Los escuchas y los lees y te parecen idénticos pero algo a veces no te suena… ¡Bienvenido en el infierno de los falsos amigos!
Te encuentras en la calle, llega un coche con tus amigos que te dicen: “Vieni, sali in macchina!” y tu te quedas un segundo confundido: ¿cómo puedo salir si todavía no he subido en el coche? Es que, sopresa, “salire” en italiano es “subir” en español y “subire” en italiano significa “sufrir”, “padecer”. ¡Qué raro!
Los italianos son famosos por sus gestos, ¡y vaya si hablan! A veces te ayudan a entender, pero otras... ¡madre mía! Un movimiento de mano puede significar desde "qué quieres" hasta "no me importa". Los hispanohablantes también gesticulan, pero no siempre coinciden los significados, así que ¡ojo con las manos!
Aprender italiano siendo hispanohablante tiene muchísimas ventajas. La base latina te da un empujón enorme. Pero como ves, también hay un montón de pequeños obstáculos y "falsos amigos" esperando para hacernos soltar una carcajada (o ponernos colorados).
Mi consejo es que te tomes el aprendizaje con humor. No te frustres por los errores, ¡son parte del proceso! Lo mismo le pasa a los italianos aprendendo español. Anota esos "falsos amigos" que te hagan gracia, ríete de tus propios despistes y, sobre todo, ¡lánzate a hablar! Los italianos suelen ser muy comprensivos y seguro que también se han encontrado con estas confusiones alguna vez.
Así que ya sabes, ¡avanti! El italiano es una lengua preciosa y con un poquito de cuidado y mucho humor, ¡la conquistarás sin problema! ¡In bocca al lupo! (¡Y que no te coma el lobo, eh!)
Ponte en contacto ahora y te ayudaré a aprender un italiano correcto y a evitar todas las trampas, y ‒ si te encuentras en Trieste ‒ las particularidades y las similitudes de nuestro dialecto con el español, las diferencias con el italiano y much más.
Para pedir informaciones sobre las clases y conversaciones en italiano